Cuando llevas un tiempo preparando kombucha, llega un momento en que los SCOBYs se multiplican más rápido de lo que puedes usar. Cada fermentación forma una nueva capa y, si las guardas todas juntas, pronto tendrás una pequeña familia de discos vivos flotando en tu frasco. En ese punto, lo mejor es crearles su propio espacio: el hotel de SCOBYs.
El hotel es, literalmente, un lugar de descanso para tus cultivos. Se trata de un frasco grande de cristal, con tapa suelta o cubierto con una gasa, donde guardas los SCOBYs que no estés usando junto con kombucha madura (ácida). Ese líquido servirá como conservante natural y mantendrá un entorno estable para que las bacterias y levaduras sigan vivas, pero sin fermentar activamente.
Elige un frasco limpio y grande, de vidrio y con boca ancha.
Coloca en su interior los SCOBYs que quieras guardar.
Añade suficiente kombucha fuerte o vinagre de kombucha hasta cubrirlos por completo.
Cubre el frasco con una gasa o tela transpirable (no tapa hermética) y sujétala con una goma.
Guárdalo a temperatura ambiente, lejos del sol directo y de fuentes de calor.
El hotel no necesita refrigeración: el frío ralentiza demasiado la actividad microbiana y puede debilitar los cultivos a largo plazo. Si lo mantienes en un lugar templado y tranquilo, tus SCOBYs se conservarán activos durante meses o incluso años.
Revisa el hotel una vez al mes. Si el líquido se evapora o los SCOBYs quedan parcialmente al aire, añade un poco de té endulzado o kombucha fresca para mantenerlos sumergidos. También puedes retirar los más viejos o los que empiecen a deteriorarse (delgados, secos o con mal olor).
Con el tiempo, el líquido del hotel se volverá muy ácido, lo cual es normal: ese pH bajo protege a los cultivos de contaminaciones.
Si notas una capa gelatinosa nueva en la superficie, ¡perfecto! Significa que el ecosistema sigue vivo y equilibrado. Pero si aparecen manchas peludas, secas o de color verde, azul o negro, descarta todo el contenido y empieza de nuevo con SCOBYs sanos.
Si vas a estar fuera de casa por un tiempo, el hotel es tu mejor aliado. Un frasco con SCOBYs bien sumergidos y suficiente líquido puede aguantar varias semanas sin atención. Si la ausencia será larga (más de un mes), añade un poco más de azúcar al líquido para darles energía extra. A tu vuelta, estarán algo inactivos, pero se reactivarán fácilmente cuando los pongas de nuevo en un nuevo lote de té dulce.
El hotel de SCOBYs es una forma sencilla y práctica de cuidar, conservar y multiplicar tus cultivos. Permite tener siempre un recambio listo, regalar a amigos o recuperar un SCOBY si el tuyo se estropea. Piensa en él como un pequeño refugio donde tus colonias descansan, se regeneran y siguen vivas hasta la próxima fermentación.
Cuidar tu hotel no solo es parte del proceso, también es una lección sobre el respeto a los ritmos naturales: la kombucha enseña que la vida, incluso en un frasco, se conserva mejor con tiempo, limpieza y un poco de cariño. 🌱